Mala postura y dolor
- Fermín Chávez
- 2 mar 2018
- 2 Min. de lectura

Cada vez que nos sentamos, nos mantenemos de pie o acostados, tenemos tendencia a acomodarnos en ciertas posiciones, ya sea que abramos los pies, bajemos un hombro, crucemos una pierna o la posición que adquiramos en cada actividad, depende de toda una coordinación entre el sistema nervioso y los músculos. Cada vez que hacemos una actividad, la tensión que soporta el cuerpo la distribuye en ciertas direcciones en donde los músculos puedan contrarrestarla y de esta forma mantener el movimiento o la posición.
No existe realmente una mala postura, solo es una posición donde somos mas eficientes para sostener esa actividad. En el momento en que aparece un dolor esa secuencia muscular que coordina el sistema nervioso empieza a perder eficiencia y pierde eficiencia porque los músculos que se involucran disminuyen su contracción o dejan de contraerse, por lo tanto, ya no es suficiente para lo que estemos haciendo, entre menos músculos el estrés para los que quedan en la acción se incrementa mucho.

Ahora también, la modificación de la estructura ósea puede deberse tanto a la tensión excesiva de los músculos como a una modificación en los huesos por el tiempo que ha pasado en esa posición, pero independientemente de eso siempre que la estabilidad generada por los músculos sea adecuada no tendría porque existir dolor ni desgaste articular por la forma de la estructura.
He sabido de personas que forzan una posición aparentemente para corregirla, ya sea que metan o saquen los pies o intenten mantener una postura erguida en la espalda cuando están parados o sentados, si los músculos que ocasionan esa posición no se corrigen no obtendrán lo que desean, siempre y cuando sea muscular.
Recuerden que siempre que hay un dolor o rigidez recurrente no solo se debe tratar el síntoma sino que hay que evaluar para corregir el origen de ese síntoma, forzar una posición en muchos casos no será la solución y puede complicar mas cosas.
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